Cambio cultural necesario para la implantación de un programa de fiabilidad en planta
4/04/2023Según el diccionario de la Real Academia Española, “la fiabilidad es la probabilidad de buen funcionamiento de algo”. Llevando el término al entorno industrial, se puede ser más específico en su definición: “la fiabilidad es la probabilidad de la maquinaria y equipamiento operando al nivel deseado, tanto en rendimiento como en calidad, siempre que se le solicita, lo que permite a la compañía lograr sus objetivos.
A pesar de ser una definición algo más acotada, continúa siendo un campo muy amplio, ya que, para lograr operar al nivel deseado de rendimiento y calidad, es necesario que todas las labores desarrolladas aporten el máximo valor posible. Para ello, hay que contemplar variables como:
- La limpieza en el puesto de trabajo
- Los procesos que evitan accidentes
- Las pérdidas de calidad
- La organización de los procedimientos para reducir los tiempos no productivos
- La organización en el almacén
- Las medidas de seguridad para evitar accidentes
- Etc.
Estas condiciones no se consiguen de la noche a la mañana, requieren un proceso de transformación continuo, que no es fácil y que no debería terminar. Siempre hay que estar impulsando la búsqueda de mejoras en el proceso, la reducción de tiempos improductivos, el incremento de la calidad y el aumento del rendimiento.
Para recorrer este camino hace falta tener un equipo motivado, hacerle partícipe y conocedor de nuestro propósito. De esta forma, con aportaciones de todo el personal, conseguiremos conocer nuestras necesidades, construir nuestros procesos y lograr nuestros objetivos. Formar y mentalizar a la gente de que la fiabilidad es una función que compete a todos los departamentos, transmitir que todo suma a la hora de construir y mejorar la fiabilidad de nuestra planta. Por lo que es necesario, contar con el apoyo de todo el personal, para que cuando se compren nuevas herramientas, estas mismas se utilicen, los procedimientos no se ignoren, y consigamos avanzar e implementar nuevas iniciativas contempladas en nuestro programa.
Puede que en un primer momento desconozcamos cómo gestionar este cambio cultural o no sepamos por dónde empezar, pero puede que otras áreas ya hayan pasado por este proceso y les podemos imitar, por ejemplo: medio ambiente, seguridad y salud.
No hace mucho tiempo, con algunos de los protagonistas todavía hoy en activo, no era raro servir bebidas alcohólicas en los puestos de trabajo, plantas donde había barra de bar junto a una maquinaria rotativa, las comidas de empresa de algunas refinerías eran en el interior del recinto y hasta se hacían barbacoas en los hornos de producción. Hoy en día son hechos impensables en cualquier industria de nuestro país y realizarlos supone expulsión inmediata, han quedado como anécdotas del pasado.
¿Cómo han conseguido estas áreas esta evolución? ¿Qué podemos copiar o adaptar para conseguir resultados parecidos en un medio-largo plazo?
Por ejemplo, la DGT consiguió extender el uso del cinturón a todos los pasajeros mediante campañas publicitarias, la creación del carné por puntos, el incremento de las sanciones o cuando la multa dejó de ser únicamente para el conductor para implicar a todos los ocupantes del vehículo repartiendo la responsabilidad entre todos, en vez de asumirlo todo en una única figura.
Llevando estas acciones al sector industrial, está muy extendido en el departamento de prevención, el cual organiza e imparte cursos de riesgos laborales obligatorios para acceder y trabajar, que utiliza paneles informativos en zonas comunes para mostrar KPIS, accidentes ocurridos y acciones a tomar para evitarlos en el futuro, o incluso existen compañías que premian a sus trabajadores por proponer mejoras en seguridad.
Sin embargo, ¿qué hay de la fiabilidad? ¿están todos los departamentos involucrados? ¿se usan todos los medios disponibles? ¿se conciencia a los operarios, al personal de proyecto o de compras de que la fiabilidad depende en gran medida de ellos? ¿de cómo pueden aportar valor?
Lo ideal es contar con un departamento específico e independiente al de mantenimiento, pero esto obviamente va a depender del tamaño de la empresa y de los medios que se dispongan. Se tenga un departamento de fiabilidad específico o no, tenemos que conseguir involucrar a todo el mundo, empezando por recursos humanos, que debe liberar gente de otras funciones para poder dedicar su jornada o parte de ella a aportar valor, mejorar procesos y concienciar al resto de la empresa. Se necesita que nuestro personal aprenda y conozca el mundo de la fiabilidad, a través de cursos específicos y adaptados por área, para que cada persona se conciencie de su importancia, conozca los objetivos y sea responsable de estos mismos
ALGUNOS EJEMPLOS EN DISTINTAS ÁREAS
El departamento de compras debe saber que su decisión no debe estar basada solo en el precio inicial del producto, debería tener en cuenta entre otras cosas la disponibilidad de repuestos, la mantenibilidad y la seguridad. Es decir, todo el coste durante la vida útil del equipo.
El personal de diseño o proyectos debe entender la importancia de la eliminación de fallos y de reducción de costes de mantenimiento que se pueden evitar durante esta etapa.
Es necesario dar importancia a la implantación de sistemas eficientes de inventario que permitan saber de forma rápida de que se dispone en el almacén, de que no, la frecuencia con la que se necesitan los repuestos y los plazos de entrega.
Los operarios son las personas que están en su día a día junto a los equipos y por tanto los primeros en notar los cambios o fallos que puedan ocurrir, “conocen sus máquinas”, es importante que notifiquen las anomalías que encuentren y se hagan responsables de las funciones de mantenimiento más sencillas, limpieza, lubricación y registro de algunos datos de proceso. De esta forma se les hace participes y pueden cuantificar las variaciones que vean. La máquina ya no solo estará caliente, sabremos que la temperatura ha subido “X” grados.
De esta forma se les hace participes y responsables, ya que deben cuantificar las variaciones que anoten, la máquina ya no solo estará caliente, sabremos que la temperatura ha subido “X” grados.
Además de la formación, debemos apoyarnos en tener una buena comunicación. De la misma forma, la DGT, por medio de los anuncios y los controles nos mentaliza sobre el peligro del alcohol y del uso del cinturón, hay que publicitar nuestros objetivos para conseguir una implicación total de todos los trabajadores, que puedan ver los beneficios a largo plazo que se buscan.
Entre los primeros pasos de un programa de fiabilidad suele existir un análisis DAFO, que nos permite orientar nuestros objetivos y crear una serie de KPIS, es importante hacer públicas estas metas, los medios para alcanzarlas y los logros conseguidos. Se deberían colgar en las zonas comunes o incluso incluir algún artículo en revistas internas si las hubiese. De esa forma todas las personas son conocedoras del proyecto, ven cómo evoluciona y son participes de los éxitos.
Estos KPIs, pueden ser específicos por departamentos o globales de la empresa, pero deben aportar valor y ser sencillos de comprender por el trabajador objetivo, la gente del área de mantenimiento entiende que reducir las paradas no planificadas reduce costes, reduce el número de horas extras, aumenta ingresos y al existir menos llamadas nocturnas mejora la calidad de vida del departamento. Sin embargo, puede que no vean su influencia en el día a día si se les habla del margen bruto, del retorno de la inversión o de amortizaciones. Por eso, igual que se hace en todas las campañas publicitarias es importante segmentar y adaptar el discurso al público objetivo.
Al hacer públicos los objetivos, es normal que surjan ideas de mejora de otras áreas de la empresa, hay que facilitar que dejen constancia de ellas, mediante buzones de sugerencias o personas accesibles dentro de la organización. Tiene que verse que hay interés, que se estudian y se comprueba si aportan valor a la empresa y que de ser así se implantan. Cuando la gente siente que las ideas son propias mejora el interés y participan de forma más activa en el proceso. Si no se atendiese y cayesen en saco roto, la gente dejaría de tomárselo en serio y se dejaría de utilizar este canal para nuevas propuestas.
Este buzón, puede tener doble función, servir para localizar las inquietudes de los trabajadores y nuevas formas de mejorar, pero también para localizar a la gente descontenta con el estado actual de las cosas y que quiere realizar un cambio a mejor, puede ser la forma de encontrar a los responsables de llevar a cabo algunas de las iniciativas que van surgiendo.
Es probable que no se puedan ejecutar todas las ideas de manera interna en un primer momento y sea necesario la adquisición de equipos, la formación de personal o incluso la contratación de servicios externos para poder realizarlos. Llegados a este punto, se necesita de nuevo el apoyo de otros departamentos, el de compras, el de formación, etc. Por eso hay que hacer hincapié, nuevamente, en publicitar todos los beneficios de los proyectos de fiabilidad y saber venderlos internamente a cada una de las áreas de la empresa.
CONCLUSIÓN
El mayor problema que nos vamos a encontrar a la hora de implantar nuevos proyectos en planta va a ser la resistencia al cambio del personal, por ello, es importante seducirlos para que formen parte del cambio mediante la publicación de los objetivos, logros y beneficios que obtendrán cuando las distintas medidas se lleven a cabo.